
Hace una semana que finalizamos un curso , organizado por el CPR en el colegio Miguel Hernández sobre JUGAR Y SENTIR.
El título decía mucho y nos atrajo un montón.
El curso resultó ser ameno, cercano y participativo. Conseguimos una empatía grande con todos los 20 asistentes que lo formábamos, así como con la ponente.
Sin embargo;nos pareció un poco utópico y a veces difícilmente aplicable en el día a día, tanto a nivel personal como profesional.
Nos decía la ponente que:
Hay que modificar nuestra forma de enfrentarnos a los conflictos ya que el niño aprende de cómo el adulto lo hace. Hemos de intentar solucionarlo en conjunto con el otro, cuidando la conexión y no intentando salirme con la mía.
Tan importante como la necesidad de expresar es la capacidad de escuchar.
Hemos de acoplarnos al ritmo del niño para lograr una mejor conexión con
él.
Si un niño pega, está expresando mucho. Hay que ir a la escucha.
Y siempre que se nos presente un conflicto es importantísimo que ...
Nos paremos a pensar con qué intención vamos.
Facilitar al niño la información que necesita (ej: si está preocupado por el nacimiento de un hermano, explicarle en qué va a cambiar o no su vida) y la información emocional (risa, llanto, juego, habla).
Hay que prestarle mucha atención a las necesidades insatisfechas.
Y sobre todo que ..... filtremos juicios y saquemos sentimientos, hechos y necesidades.
Y teniendo siempre en cuenta que la razón por la que quiero que actúe de una forma dada es PARA QUE SEA FELIZ
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